lunes, 28 de diciembre de 2015

Hoy vamos a ver... Sunset Boulevard



Sunset Boulevard, o más conocida en nuestro país como El Crepúsculo de los Dioses es una película de 1950, dirigida por Billy Wilder y protagonizada por Gloria Swanson y William Holden. A lo largo de este blog comentaremos muchas más películas de Billy Wilder, pero, personalmente, y sin desmerecer al resto, esta es mi película favorita de este director. Esta fue, quizás, una de las primeras películas de cine clásico que vi, y fue la que me hizo que, aquí un servidor, se enamorará de los fotogramas en blanco y negro.
Esta película es un claro ejemplo del uso de los recursos del metalenguaje, es decir, el cine se analiza a si mismo. A lo largo de los poco 105 minutos de duración del film veremos la cara B de Hollywood, las luces y las sombras de la gran cuna del cine, y lo efímero del estrellato.

La muerte del cine mudo

El argumento de Sunset Boulevard se centra en la figura de Joe Gills (William Holdem), un guionista de Hollywood que está atravesando una mala racha profesional, y que se plantea abandonar su trabajo de guionista para volver a su ciudad natal. Pero por casualidades del destino, su camino se cruzará con Norma Desmond (Gloria Swanson), antigua gran estrella del cine mudo, que vive en una gran mansión acompañada unicamente de su mayordomo Max von Mayerling (Erich von Stroheim) estancada en sus años de juventud y fama. Norma quiere regresar al cine, y se aprovecha de Joe para escribir un guión que le permita colocarse de nuevo delante de las cámaras. El joven guionista sabe que las posibilidades de que esto ocurra son nulas, pero el interés y la necesidad económica dan lugar a que se preste al juego de la antigua actriz. Sin embargo, conforme la confianza entre ambos empieza a crecer, y su relación a cambiar, la situación se volverá más complicada hasta el punto de llegar a un trágico desenlace que ya se nos presentaba al principio de la película.


Mención aparte requiere la historia que surge entre los dos jóvenes guionistas del film. Una atraída por el talento del otro, y él conquistado por la belleza y la frescura de la que goza Betty Schaefer (Nancy Olson) y que tanto escasean en la vida que él está construyendo en su mansión de Sunset Boulevard.

El autoanálisis del cine

Toda la película es una reflexión sobre cómo se mueve el sistema de Hollywood, como un día estas en la cumbre y al día siguiente te han olvidado, y esto les ocurre tanto actores y actrices, así como directores e incluso guionistas. La película refleja un problema real que afecto a muchos actores y actrices de la época. La llegada del cine sonoro acabo con la carrera de grandes estrellas que no supieron adaptarse a este cambio. Este problema que afecto a numerosas personas del star-system se verá reflejado en muchas películas de la época (se me viene a la cabeza cierta película cuya canción más famosa es cantada paraguas en mano).

Sin duda, el personaje de Norma Desmond es el que eclipsa a todos los demás, el que atrae todas las miradas y el que da las grandes escenas a la película. Al igual que su personaje, Norman nos domina, nos hace entrar en su juego, y construye un universo donde ella es la absoluta protagonista. Este personaje, interpretado por Gloria Swanson, guarda muchas similitudes con la vida real de la actriz. Gloria Swanson también fue una gran actriz del cine mudo, llegando a ser conocida internacionalmente, vivía en un palacete de estilo italiano, su carrera cinematográfica se trunco con la llegada del cine sonoro, e incluso algunas de las frases que se dicen en la película, como que llegaba a recibir 10.000 cartas de admiradores a la semana, también se comentaba de la actriz en su vida real.

Algunos personajes de la película se interpretan a ellos mismos, como es el caso del director De Mille, e incluso el papel del criado de Norma, Max, es interpretado por el antiguo director Erich von Stroheim, que llego a trabajar en la vida real también con Gloria Swanson.

Hay que hacer también especial hincapié en los recursos narrativos de la película. Hoy en día, donde está tan de moda el hecho de empezar una película por su final (podemos recordar aquí películas como Memento de Christopher Nolan, o Pulp Fiction de Tarantino) Sunset Boulevard fue una de las primeras películas en utilizar este recurso. Es el propio protagonista el que se convierte en el narrador de la historia, a través de una voz en off que se dirige directamente a nosotros, los espectadores.


En la retina del espectador quedan grabadas para siempre algunas de las escenas más memorables del cine clásico que presenta esta película, siendo especialmente conocida el famoso descenso de las escaleras que protagoniza Norma en los últimos minutos de la película, y donde nos recuerda que “Las estrellas no tienen edad”



Cambios en el cine de ayer y hoy

Y ahora la reflexión que hago siempre, ¿por qué nos hemos decidido por esta película para crear una entrada?

Bueno, dejando a un lado el hecho de que es una de mis películas favoritas de todos los tiempos, el hecho de que me haya decidido por hablaros de Sunset Boulevard es mostrar que los cambios que se producen en las grandes producciones no son solo cosa de hoy, se suceden continuamente y revolucionan por completo todo el sistema de visionado del cine.

Podemos pensar que a día de hoy el cine está sufriendo una de sus mayores y más revolucionaras transformaciones con universos enteros creados simplemente con un croma y un ordenador, personajes de lo más variopinto que ni siquiera existen en la realidad, la sustitución de los actores y actrices por personajes virtuales, etc. Pero ya ha habido grandes cambios en el mundo del cine anteriormente, como es el caso que estamos tratando, la sustitución del cine mudo por el cine sonoro.

Lo que a día de hoy nos puede parecer de lo más normal, en su momento supuso toda una gran revolución, muy similar (e incluso me atrevería a decir que mayor, por el contexto de la época) a la que estamos viviendo hoy en día con los efectos especiales. Al igual que ocurre hoy, en los años 20-30, las películas sonoras cambiaron la forma de ver el cine.

Como dice Norman Desmond en la película, “Hollywood tenía los ojos, y también quería los oídos”. Mi pregunta es: ¿cuál será el siguiente gran paso que darán? Estaremos aquí para dar cuenta de él.


lunes, 14 de diciembre de 2015

Hoy vamos a ver... Vértigo



Que mejor manera de inaugurar este blog que con una de las considerada por los críticos, mejor película de la historia (aunque no lo reconocieran así en la época cierta estatuilla dorada).
No voy a ocultar que aquí el que escribe siente cierta debilidad por la obra del “maestro del suspense” Alfred Hitchcock, sin embargo, creo que a la hora de hablar de la película que aquí vamos a tratar, la objetividad aparece en escena, siendo esta una obra maestra del séptimo arte, tanto por su envolvente historia, así como por sus actores o su música.
Pero para aquellos que no conozcáis esta obra, e incluso los que nunca hayáis oído hablar de ella (que seguro que los habrá), vamos a comenzar, como todas las historias, por el principio. Vértigo es una película de 1958, basada en una novela llamada “El despertar de los muertos”.
La película está protagonizada por James Stewart y Kim Novak, dos de los actores más conocidos en el Hollywood de la época, y es sobre estos dos personajes sobre los que recae el peso de toda la película. Es importante este dato, ya que cuando hablamos de Hitchcock veremos que en sus películas no hay un gran número de secundarios, o suelen tener mucha más importancia en la historia que la obra que aquí tratamos.
Centrándonos ahora en el argumento, Vértigo nos sitúa en la ciudad de San Francisco, y nos presenta a John ‘Scottie’ Ferguson (James Stewart),  un detective retirado tras un traumático episodio que sucede en los primeros minutos de la película. Tras este accidente, el detective descubrirá su acrofobia (miedo a las alturas). Sin embargo, ya en el retiro, sus servicios como detective serán requeridos una vez más por un viejo amigo de juventud, que le pide que investigue la “misteriosa” actitud de su esposa Madeleine Elster (Kim Novak).
A partir de este sencillo planteamiento, Hitchcock pone en juego todos los elementos de una historia donde las apariencias engañan, donde lo paranormal y lo psicológico se mezclan en un solo elemento y donde la fobia del protagonista será tanto el problema como la solución de todo.
San Francisco, ciudad de Vértigo
Es la ciudad de San Francisco y sus distintos escenarios uno más de los protagonistas de esta película. Es a través de sus escenarios donde se desarrolla la historia y juegan un papel fundamental para definir el perfil y la historia de la película.
Todos los escenarios que recorren los personajes existen realmente, desde el Fort Point bajo el puente Golden Gate, hasta la famosa Misión de San Juan Bautista (donde tiene lugar el clímax de la película) pasando incluso por el restaurante que los protagonistas visitaran en varias ocasiones,  Ernie´s.
Vértigo supuso tal influencia en la ciudad, que incluso el hotel que observamos en la segunda mitad de la película, el Empire Hotel, cambió de nombre en 2009 pasándose a denominar Hotel Vértigo.





De la posesión a la locura

A partir de aquí desarrollaremos el argumento de Vértigo y, no puedo garantizaros que no os vayáis a encontrar con algún spoiler, así que si eres de los que aún no ha visto la película, cierra la página, ponte a verla, y vuelve luego para seguir leyendo. Para los que la hayáis visto, seguimos con ello:
Lo que en un principio se plantea como un caso de posesión, de antiguas maldiciones familiares, y de actitudes y hechos paranormales (recordemos la escena en la que Stewart visita un hotel en el que ha visto entrar a Madeleine, para descubrir más tarde que no había nadie en la habitación donde se alojaba), se nos presenta más tarde como una historia donde son precisamente los traumas y las fobias los que ocupan el principal rol.

Casi como una frase profética, Midge Wood, la “amiga” del detective le dice al principio del film que un trauma tan fuerte como el que le ha sucedido al protagonista solo se puede curar experimentando una emoción más fuerte aún. Y eso es lo que sucede al final de la película, tras todo el proceso experimentado por Ferguson, este consigue finalmente curarse de su acrofobia, aunque pagará un alto precio por ello.
Es a partir del intento de “suicidio” de la protagonista cuando ambos personajes toman contacto y cuando el ritmo trepidante, rápido y misterioso de la película empieza a desarrollarse. Particularmente interesante es  la escena del bosque de secuoyas (recordáis la reciente película de El Amanecer del Planeta de los Simios, pues sí, es el mismo parque de secuoyas). Es en este escenario donde el detective empieza por primera vez a creer la historia de posesión de Madeleine.



Resulta curioso cómo, hacía la mitad del metraje, parece que todo ha acabado, quedando el misterio resuelto con su trágico desenlace, pero Hitchcock tiene algo más que decir, dándonos una segunda mitad incluso más trepidante que la primera. Si en la primera parte del film es el personaje de Kim Novak el que consigue mantenernos aturdidos, desconcertados, será en la segunda mitad donde Stewart juegue este papel, confundiéndonos con su actitud y demostrando a través de sus delirios oníricos que ha cruzado el umbral de la locura.
No es sino hasta los últimos 5 minutos de la película donde todo el misterio quedará expuesto, donde volveremos a esa famosa torre de la iglesia española que tanto obsesiona a los protagonistas, la que divide, como anteriormente hemos dicho, la película en dos partes. Esa torre en la que el Ferguson se curará de su fobia, descubrirá que solo ha sido una marioneta en toda la historia, y donde será el sentimiento de culpa el que acabe con todo, acompañado del tañer de las campanas y del famoso fundido a negro.


Suspense antiguo a la orden del día

¿Por qué elegimos Vértigo para iniciar este blog? Porque representa perfectamente los valores que queremos reflejar. No es raro encontrar hoy en día en Hollywood las historias que juegan con la ambigüedad, con el final inesperado, y con los giros de guión que nadie se espera.
Vértigo es en este sentido una obra atemporal, que reúne todos estos elementos y que, sin duda, para la gente que la visione por primera vez sorprenderá y enganchará a la historia, sin importar la edad del espectador. Mantendrá la intriga en su primera mitad, nos hará abrir la boca con la confesión escrita de Judy en el hotel, y sobresaltará en sus últimos minutos.
Sin duda, su título refleja perfectamente la sensación que tendremos durante toda la película. Un clásico del séptimo arte de obligado visionado para todo aquel que quiera , lo cual es la intención del que escribe este artículo, iniciarse en el cine clásico. 

Luces, cámaras ¡Acción!

Y de eso precisamente tratará este blog.

En una época donde los efectos especiales saturan las grandes pantallas, y Hollywood recurre a los remakes constantemente en una muestra de la falta de creatividad, nos dedicaremos a analizar los antiguos clásicos, las películas que asentaron la base del cine actual.

Pero vamos a dejar a un lado tecnicismos y viejas comparaciones, y hagámoslo desde el punto de vista actual, el punto de vista que tenemos los jóvenes cuando revisitamos viejos clásicos. En este blog quiero compartir la que para mi es una gran afición, y que espero que se convierta también en la vuestra.

Son muchas las historias, los personajes, los romances y las intrigas que nos hemos perdido perteneciendo a esta nueva generación, sin embargo, desde aquí os vamos a hacer llegar algunas de las películas que han marcado un momento en la historia del cine clásico y actual.

Con esa intención nace "Va de Cine Clásico". Así que poned vuestras palomitas en el microondas, sentaos frente al ordenador y mirad el cine clásico con los ojos de hoy.

Comenzamos...!